Adaptaciones anatómicas y fisiológicas de los insectos a la vida parasitaria.

Insectos y mamíferos han tenido una estrecha relación a través de miles de años, la cual ha sido moldeada por un complejo y largo proceso de coevolución. Estas relaciones involucran generalmente a dos grupos de organismos, lo que en biología se conoce como simbiosis. En este contexto, el grupo dependiente es conocido como simbiote y el independiente como simbionte. Los simbiotes se pueden clasificar por su nivel de dependencia en obligado o facultativo, por la duración del contacto con el simbionte, en temporal o permanente, o por el número de especies involucradas. Dentro de las relaciones simbióticas, el inquilinismo, mutualismo y parasitismo se establece una intima relación entre dos organismos. De estas, el parasitismo es una de las más complejas, ya que ésta representa un rango amplio de dependencias metabólicas, fisiológicas, patológica, entre otras. En sentido estricto, un parasito se define como aquel simbiote  que vive, parcial o enteramente, a expensas de un simbionte, cubriendo tanto sus necesidades de alimentación como biológicas.  Para esto, los insectos han tenido que desarrollar adaptaciones, tanto anatómicas como fisiológicas, que le han permitido vivir a expensas de su hospedero.

Cabeza de pulga del perro. Adaptaciones sorprendentes para moverse
entre los pelos del can. Tomado de:
http://www.canonistas.com/foros/macrofotografia/
Muchas de estas modificaciones son consideradas como adaptaciones generales a la vida parasitaria, mientras que otras se han desarrollado con base en respuestas específicas a un hospedero en particular. Existen un gran número de adaptaciones morfológicas que incluyen modificaciones en la forma y tamaño del cuerpo, ojos, sedas, patas, aparato bucal, etc. Muchos insectos están aplanados dorsoventralmente y como consecuencia, muchas de sus estructuras están modificadas, tal como el desplazamiento de antenas, partes bucales, y espiráculos torácicos. No obstante, algunas pulgas y dípteros parásitos de murciélagos están aplanadas lateralmente para poder moverse rápidamente entre una densa de pequeños pelos. Otros, incluso han perdido sus alas como Streblidae e Hippoboscidae (dípteros ectoparásitos), lo que les da cierta ventaja ya que las alas sería un estorba a la hora de desplazarse en la superficie de su hospedero. Estas adaptaciones morfológicas, le permiten a muchos ectoparásitos habitar en la superficie de su hospedero, tal es el caso típico de pulgas y piojos, o de el anopluro Antarctophthirus sp que puede vivir tanto en piel desnuda como con pelaje de animales marinos; mientras que a otros, como los endoparásitos que generalmente ovipositan sobre su hospedero y son las larvas las que se encargan de penetrar al interior del éste, invadiendo diversas zonas, desde estratos subcutáneos provocando miasis como el díptero Cochliomyia ominivorax, hasta órganos internos como los de sistema respiratorio o digestivo como en el caso de los dípteros del género Gasterophilus

Mosca de la familia Hippoboscidae. Tomada de http://imgarcade.com/1/hippoboscidae/
Son pocos ordenes los que se pueden considerar como parásitos obligados, entre ellos están Diptera, en donde la gran mayoría pertenecen a familias de caliptrados como Hippoboscidae, Streblidae, Calliphoridae, Sarcophagidae, Cuterebridae, Gasterophilidae, Oestridae e Hipodermatidae. Las larvas de mucho califóridos, sarcofágidos, cuterebridos, gasterofilidos, oestridos, e hipodermatidos son parásitos obligados, los cuales causan miasis en animales y humanos; invadiendo órganos del sistema digestivo, tracto urogenital, auricular, y nasofaríngeo. Ectoparásitos obligados se pueden considerar a los subórdenes Anoplura y Malophaga pertenecientes al orden Phthiraptera; y a los sifonopteros como las pulgas.  

Larva de la díptero de la familia Oestridae.
Tomado de: http://www.xpx.ca/images/.cch/botfly.html
En cuanto a adaptaciones fisiológicas, éstas tienen que ver básicamente con tipos de reproducción y ciclos de vida; por ejemplo hay dermápteros y dípteros parásitos que pueden ser ovovivíparos o vivíparos dependiendo de las condiciones ambientales y de  la disponibilidad de recursos. Otro caso es el de Spilosyllus cuniculi y Cediopsyla simplex cuyos ciclos reproductivos están prácticamente coordinados con los de su hospedero, ya que estas especies necesitan esteroides y estrógenos para que sus huevos maduren y éstas puedan ovipositar. Los piojos de la familia Echinophthiriidae, por ejemplo, sincronizan su ciclo de vida de acuerdo a los periodos migratorio de su hospedero. La especialización de órganos sensoriales podría estar catalogada como parte de las adaptaciones fisiológicas, ya que a final de cuenta, muchos órganos sensoriales y mecanoreceptores, desatan complejas reacciones tanto químicas como fisiológicas, como en el caso de los órganos olfactorios por ejemplo.; órganos que a final de cuentas les sirve para localizar, entre otras cosas, a sus hospederos 

Comentarios

Entradas populares