Factores a considerar en el cálculo del cronotanatodiagnóstico.




Cuando los insectos son usados como indicadores en el cálculo del Intervalo Post Mortem, usualmente se emplean dos métodos; en la primera, se usa la presencia o ausencia de determinadas especies como un indicador del tiempo de muerte, basado en los patrones de sucesión. La segunda está basada en el tiempo de desarrollo de los insectos, sobre todo larvas, encontrados en el cadáver. Estos dos métodos pueden ser usados de forma complementaria; aunque para el segundo se requiere del conocimiento preciso de los estados inmaduros de desarrollo de las especies involucradas.

Independientemente del método a utilizar, si se pretende hacer un cálculo a la aproximación del IPM usando evidencias entomológicas, existen numerosas variables que pueden alterar el establecimiento del IPM, las cuales deben tomarse en cuenta a la hora de desarrollar un método de investigación con miras a extrapolar los datos obtenidos a una situación forense particular. Las variables más importantes a tener en cuenta son:


Temperatura. De todos los factores ambientales, la temperatura es uno de los más importantes, dado el carácter exotermo de los insectos. Grassberger y Reiter (2001) reportan que la oviposición en dípteros es significativamente baja a temperaturas menores de 10 °C. Esto influye directamente en el proceso de descomposición cadavérica haciéndolo más lento en los meses del año en que las temperaturas son inferiores a 10 °C. Además  la velocidad de desarrollo en larvas disminuye debido a las bajas temperaturas, convirtiéndolo en otro factor que afecta el proceso de descomposición. Otro punto a considerar es la tolerancia de algunas especies al frio, por ejemplo, Protophormia terranovae es una especie abundante en zonas árticas y es más tolerantes a climas fríos que otras especies de califóridos.


Masa larval. Otro factor que debe considerarse es la masa larval, ésta puede causar un incremento de temperatura debido a la actividad propia de alimentación de las larvas. Experimentos de laboratorio han permitido repotar que dentro de una masa activa de larvas LII y LIII  se produce un aumento de 1 - 1.3 °C en la temperatura del aire circundante. Este aumento de temperatura puede dar lugar a un aumento en la velocidad de desarrollo y mejora el efecto de las condiciones climáticas de frío y, por tanto, pueden tener un efecto perjudicial sobre la exactitud de los cálculos IPM si no se toma en consideración.


Comportamiento nocturno. Existe la posibilidad de que la muerte se haya producido durante la noche, esto tiene importantes repercusiones sobre el comportamiento de los insectos. De manera general, se cree que las moscas asociadas a cadáveres son inactivos por la noche y no se espera que ovipositen durante este periodo. Sin embargo, Greenberg (1990)  experimento con cebos colocados en arbustos durante la noche, lo cual puso de manifiesto que existía oviposición nocturna; y por tanto, hay actividad nocturna de moscas. Otros experimentos han demostrado que la oviposición se reduce significativamente en aproximadamente un 33% cuando esta se efectúa durante la noche.


Drogas y otras sustancias tóxicas. Cuando se encuentra un cuerpo en avanzado estado de descomposición existe un problema, ya que las muestras tomadas para análisis toxicológicos, tales como sangre, orina y órganos internos, no están presentes. Sin embargo, los insectos pueden ser usados para el análisis de toxinas y sustancias de drogas. Esta área de la entomología forense es conocida como entomotoxicología. Cuando las larvas se alimentan de tejidos de un cadáver que murió por sobredosis de algún tipo de droga o toxina, ésta es metabolizada e incorporada al tejido de la larva; si estas a su vez son comidas por coleópteros depredadores. Dichas sustancias son incorporadas al depredador por bioacumulación. En diversos estudios, se ha tratado de recuperar un gran número de sustancias químicas tóxicas con éxito, algunas sustancias que se han encontrado en tejido de larvas son cocaína, triazolam, oxazepam, alimemazina, clorimipramina, y fenobarbital, metanfetamina amitriptilina y coproxamol. Esto aparte de ser una herramienta valiosa para la entomología forense, puede alterar el patrón de crecimiento larval, lo que influye directamente con el cálculo del IPM.


Método de preservación. Cuando se estudia la biología y el desarrollo larval en laboratorio se hacen curvas de crecimiento en las cuales se describen los cambios de tamaño (largo) del cuerpo en relación a su edad. Generalmente cuando una larva es colectada en la escena del crimen ésta es sacrificada y preservada en algún tipo de liquido, etanol al 70% por ejemplo. Pero el tipo de fluido y el método de preservación pueden influenciar en el tamaño final de la larva que se va a analizar y comparar con datos ya graficados. Estas diferencias puedan causar un error al momento de cálculo del IPM. En ocasiones la larva no se sacrifica in situ, sino que se refrigera para su traslado al laboratorio donde se va a analizar.

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