¿Por qué la policía mira en el radiador del coche?
La segunda evidencia entomológica que inculpaba a Gery era la hormiga
encontrada en su par de botas. El predicador confesó que jamás se las
había puesto. Pero la hormiga pertenecía a una rara
especie llamada Lasius fuliginosus, que únicamente se alimenta de
árboles podridos y que nunca se aleja del nido más de 2 metros. El
uxoricida fue condenado a 8 años de prisión, a pesar de que nunca
reconoció haber matado a su mujer. "Las moscas establecieron la
evidencia temporal; y las hormigas, la geográfica", dice el doctor
Benecke. Fruto de décadas de investigación, los científicos de la
policía pueden recurrir a la llamada fauna cadavérica, incluidos los
artrópodos, para fijar la fecha o data de la muerte, determinar la época
del año en que ocurrió y verificar que un cadáver falleció en el lugar
donde fue encontrado o si, por el contrario, sufrió un traslado. Lejos
de toda ficción, los insectos presentes en la escena del delito ayudan a
la policía a resolver casos de homicidio, suicidio y violación. También
actúan como chivatos en el contrabando de drogas, para desvelar las
rutas del narcotráfico; y en el movimiento de grupos terroristas y
secuestradores. Sin ir más lejos, la identificación de los insectos
estrellados en la matrícula, el limpiaparabrisas o el radiador del coche
permiten establecer con una precisión asombrosa cuál ha sido su
itinerario; y los huevos y larvas adheridos a las hojas de cannabis
hacen las veces de un sello de denominación de origen. Y por primera
vez, las pruebas entomológicas son tenidas en cuenta para zanjar casos
de maltrato infantil y abandono de ancianos, según el doctor Benecke.
Éste sabe de lo que habla. En julio de 2000, durante una diligencia de
desalojo por impago, la policía descubrió en un apartamento de Leipzig
(Alemania) el cadáver semimomificado de un bebé de 2 años. Tanto la
madre, una prostituta heroinómana de 20 años, como la asistente social
cayeron bajo sospecha. El doctor Benecke determinó que el pequeño no
había fallecido en cuestión de unas horas como en principio se sostuvo,
sino después de permanecer abandonado entre 7 y 14 días. Al experto
germano se lo contaron los insectos. Al procesar el cuerpo del bebé, los
entomólogos forenses encontraron en el pañal -y en la zona urogenital-
larvas en un estadio muy avanzado de la mosca falsa de establo, Muscina
stabulans, y ejemplares de la mosca domestica pequeña Fannia
canicularis. Los adultos de esta especie son atraídos por hedor de las
heces y la orina. El rostro del bebé, sin embargo, estaba invadido por
larvas de moscas azules Calliphora vomitiva, unos dípteros que suelen
acudir al inicio de la descomposición cadavérica. El estudio minucioso
de las larvas y los adultos, junto al registro de la temperatura
ambiental de las semanas anteriores, entre otros factores analizados,
despejaba cualquier duda: el bebé llevó los mismos pañales durante
aproximadamente 14 días y murió entre 6 y 8 días antes de ser
descubierto. Por primera vez, la fauna cadavérica permitía demostrar un
caso de negligencia anterior a la defunción de la víctima.
--------De un artículo del Dr. Benecke, cuyo fragmento fue publicado en la revista Muy Interesante.
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